El bosque de noche {Libre}

Había salido de la academia a hurtadillas, estaba aburrida. Muy, muy aburrida y cuando estaba aburrida necesitaba hacer algo que fuera contra algo. Por suerte había escuchado de algunas chicas que había un bosque por los alrededores y decidió ir a darle una pequeña visita, en una de esas encontraba algo en que entretenerse o siemplemente se regodearía con el olor a eucaliptus y tierra húmeda. Camino con paso lento por entre los arboles, respirando profundamente sin mucho interés porque fuera casi media noche.

En el claro del bosque se encontraba Leon bajo la capucha de una larga capa negra de viaje,junto a el apoyado en un arbol habia un paquete enorme y tenia una mano en un bolsillo y la otra sosteniendo un cigarrillo

No se extrañó al ver la silueta de una persona en el claro, se acercó con paso seguro. Era su hermano, lo reconocía por la postura. Llegó a su lado y se apoyó en el tronco del árbol, sin decir palabra alguna. Miró el cielo por un breve momento y luego su mirada se poso en el paquete enorme que había.

Noto una nueva presencia,era su hermana.Continuo fumando sin decir nada,mientras la luz de la launa dibujaba las siluetas de sus sombras

Luego de estar varios minutos observando a su hermano y el paquete, decidió romper el silencio.

-¿Qué es?- Preguntó en un susurró, era una mala costumbre que tenía.

-Esta..muerto...
Dijo la susurrante voz de Leon bajo la capucha
-Debo desacerme de...el

No se sorprendió por las palabras de su hermano, en vez de eso inspeccionó el lugar de forma rápida.

-¿Alguna idea en mente?- Volvió su mirada hacía él.

-Tirarlo a un rio con pirañas que encontre
Comento con voz sin sentimiento

-Me lo imaginaba- Murmuró, Miró su reloj, luego el cielo y al paquete.

-Creo que será mejor que lo hagamos ahora- Sugirió.

-No hay prisa
Comenta,tirando la colilla del cigarro lejos

Volvió a mirar su reloj y al paquete ese. Se encogió de hombros, si él consideraba que estaba bien de tiempo debía de ser por algo. Por ahora una pregunta se plasmo en su mente.

-¿Quién era?- Preguntó, cruzandose de brazos.

-Briant Olsen,un militar que pasaria por este claro.Es lo unico que se,yo no hago preguntas simplemente mato a quien me mandan matar
Comento prendiendo otro cigarro

Entornó los ojos, eso lo sabía de sobra. Se cansó de estar de pie y se sentó en posición india, desde abajo miró a su hermano fijamente analizando su inexpresión. Comenzó a jugar con una onda de su cabello.

Continuo fumando sin decir nada.El no era de muchas palabras no solia hablar a no ser que la otra persona lo hiciese primero

Esbozó una leve sonrisa, sin dejar de mirarlo. Recordando algunas cosas, que reprimió facilmente, volviendo a su imperturbabilidad.

-No esperaba encontrarte aquí-

Escucho lo que decia y la miro un instante
-¿Ah no?

Negó con la cabeza, mirando al frente, buscando formas en la corteza de aquel árbol. Inspiró profundamente llenando sus pulmones de aquel aroma que le encantaba.

-No, fue una agradable sorpresa- Agregó casi inaudiblemente.

-Ya...
Se limito a susurrar

Se encogió de hombros, estaba relajada ahí. Cerró los ojos levemente cantando mentalmente, sin poder evitar esbozar pequeñas sonrisas. Rara vez se dejaba ver así, pero en vista y conciderando que estaba en medio del bosque de noche y con su hermano. No había problema.

La vio sonreir,cosa que le gustaba,aunque no lo hacia notar,no se veia capaz de querer a nadie,pero su hermana era la escepcion.

Dió un leve tiritoncito, que no influyo en nada a su repentino buen humor. Pensó en como era donde antes estaba y lo comparo con esto. No es que fuere muuy diferente pero por lo menos había bosque y más libertad. Bostezó levemente, sin dejar la posición en la que estaba.

-¿Tienes frio?
Pregunto de pronto,y se quito la gabardina arropandola en ella,dejando ver su magullado cuerpo debido a las torturas que habia sufrido de niño y las heridas en combate,aunque tenia nuevas heridas

Abrió los ojos y le sonrió con cariño.

-No tengo tanto frío- Replicó, observando sus heridas.

-Lo suficiente para que tomes mi gabardina
Comento

Arrugó la nariz, no sacaba nada con replicar. Se arropó con la gabardina y apoyó la cabeza en la pierna de su hermano.

-Sólo te dejo por esta vez, ¿Vale? Ya no tienes que aplazar tus comodidades por mi- Le murmuró.